Un byte más ecológico: La influencia del halving de Bitcoin en las criptotecnologías ecológicas

Innovaciones ecológicas de la blockchain

Los entusiastas de Bitcoin y los ecologistas a menudo se enzarzan en conversaciones sobre el impacto de los criptoactivos en las emisiones de carbono. Sin embargo, centrarse únicamente en el consumo energético de la minería de Bitcoin pasa por alto la narrativa más amplia de su dinámica energética.

Por una vez, la comunidad de blockchain tendrá la capacidad suficiente para eliminar lo que no sirve. Los costes energéticos son el factor más importante para el éxito de las explotaciones mineras, y es aquí donde la rentabilidad se une a la sostenibilidad.

Desde las explotaciones mineras que funcionan con energía solar hasta las plataformas que funcionan con energía hidroeléctrica, la industria está pivotando hacia la sostenibilidad. Y no se trata sólo de aprovechar la energía renovable; también están aumentando los avances con respecto a la eficiencia del hardware, que promete más por cada kilovatio-hora consumido.

El halving de Bitcoin desempeña un papel importante en este escenario y, para apreciar su relevancia, debemos revisar el proceso de creación de bloques de Bitcoin.

Menores recompensas, mayor eficiencia: Qué esperar del halving de Bitcoin

En la blockchain de Bitcoin, los mineros compiten para generar bloques descubriendo un hash que esté por debajo de un objetivo predeterminado. Esto requiere la ejecución de miles de millones de cálculos hash cada segundo, y el primer minero que encuentre con éxito el bloque válido es recompensado con una cantidad fija de bitcoin: 6,25 BTC en la actualidad, que se reducirá a 3,125 BTC tras el halving.

Enfrentados a la realidad de incurrir en gastos energéticos idénticos por sólo la mitad de la recompensa, los mineros se ven obligados a adaptarse reduciendo su consumo de energía, actualizando su hardware a otro más eficiente energéticamente o empleando una combinación de ambos. 

Dado que la mejora de la eficiencia del hardware suele ir acompañada de un aumento de la demanda energética, garantizar fuentes de energía rentables será la principal prioridad de los mineros en 2024 y en los años posteriores. Y rentable en el mundo de las fuentes de energía significa (lo has adivinado), renovable.

Según un estudio publicado por MAT Journals, la fuente de energía más económica para la minería de Bitcoin en 2024 es la energía eólica marina, que tiene el menor coste por kilovatio-hora (0,088 $) entre las fuentes de energía analizadas. Otras fuentes renovables como la hidráulica (0,09 dólares por kWh) y la solar fotovoltaica (0,094 dólares por kWh) también son competitivas, pero ligeramente más caras que la eólica marina.

Dicho de otro modo: La gran migración hacia la energía ecológica ya está en marcha, con estudios recientes que indican que más del 50 % de la mezcla energética de Bitcoin procede ahora de fuentes renovables.

El camino hacia la sostenibilidad: Resumen de las innovaciones de la blockchain ecológica

En un análisis reciente, KPMG explora las dimensiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) de la minería de Bitcoin, destacando su papel en el fomento del crecimiento de las energías renovables a través de la flexibilidad de la demanda.

El informe ilustra cómo el funcionamiento permanente de Bitcoin puede resolver diversos problemas medioambientales, como la utilización de la energía que sobra o la conversión en electricidad de las emisiones de metano de los vertederos.

Del mismo modo, investigadores del MIT han puesto de manifiesto la capacidad de Bitcoin para mitigar las emisiones de los sectores del petróleo y del gas, en particular captando y utilizando el exceso de gas natural que de otro modo se expulsaría.

Algunos proveedores ya están instalando sistemas que captan y queman gas natural in situ, y la electricidad generada alimenta los equipos de minería de Bitcoin. Y aunque este proceso no está precisamente exento de emisiones, reutiliza energía que de otro modo requeriría la producción de otras fuentes.

Además, la búsqueda de la eficiencia energética está haciendo que haya innovaciones en los propios protocolos de consenso.

De hambrientos de poder a conocedores del poder: Proof-of-Stake contra proof-of-Work

La competencia entre los mecanismos de consenso Proof-of-Stake (PoS) y Proof-of-Work (PoW) es fundamental en el debate sobre las blockchains ecológicas. PoW, el método fundacional de validación de blockchains, alinea las recompensas por la creación de Bitcoin con el esfuerzo computacional realizado por los mineros.

Por el contrario, PoS adopta una estrategia de conservación de energía, eligiendo validadores para forjar nuevos bloques en función de sus tenencias de criptomonedas y su compromiso de hacer staking con estas tenencias. En un movimiento significativo, Ethereum pasó de PoW a PoS en 2022, reduciendo su consumo de energía en más de un 90 %.

Además de PoW y PoS, están surgiendo nuevas formas de blockchain, como Proof-of-Space, Proof-of-Elapsed-Time y otras, cada una con el potencial de reducir drásticamente el consumo de energía. A medida que estas tecnologías evolucionen, podrían ofrecer nuevas vías hacia un ecosistema de blockchain más ecológico.

Así que ha llegado el momento de abordar el problema: ¿por qué no cambiar de Bitcoin a Proof-of-Stake y ser más ecológicos? Bueno, la decisión no es tan sencilla. El mecanismo PoS, aunque es innovador, no se ajusta a la filosofía de Bitcoin ni a sus requisitos fundacionales, y he aquí por qué. 

Inicialmente, la adopción del PoS significaría que los nuevos participantes "comprarían" de manera efectiva las participaciones de los primeros, lo que socava la equidad. El PoS fomenta intrínsecamente la centralización; es económicamente más viable consolidar las tenencias, lo que contradice el objetivo de descentralización de Bitcoin. 

Al reincorporarse a la red tras una ausencia, verificar el estado exacto de la red en PoS puede resultar complejo y poco claro, con el riesgo de que se produzcan errores de información. Además, un sistema de PoS es intrínsecamente menos seguro, ya que sólo requiere un tercio del poder de staking para poner en riesgo potencialmente a la red, una vulnerabilidad que Bitcoin no puede permitirse. Mientras que el mecanismo Proof-of-Stake se alinea con el diseño de Ethereum por sus versátiles aplicaciones, Bitcoin aspira a ser una base monetaria estable, priorizando la seguridad, la equidad y la descentralización, para lo cual Proof-of-Work es esencial.

Un futuro más ecológico en el horizonte

Si miramos más allá del halving, la perspectiva de un panorama de blockchains más eficientes desde el punto de vista energético es tentadora. Aunque sigue habiendo obstáculos como los elevados costes de la transición a la tecnología ecológica y la inercia de las prácticas establecidas, el sector está mostrando signos de un cambio de conciencia. 

Mientras mineros, desarrolladores y entusiastas se preparan para este nuevo capítulo, una cosa está clara: es probable que en los próximos años se produzca una fascinante convergencia de tecnología, economía y gestión medioambiental, a medida que la comunidad de blockchain se enfrente a su dilema energético. 

En conclusión, el halving podría ser el empujón que Bitcoin y el ecosistema de los criptoactivos en general necesitan para acelerar su evolución ecológica.

David Sievers es redactor freelance y fundador de copy.vibe, una red de creativos con sede en Viena que trabaja en la intersección del marketing digital, la creación de marcas y la inteligencia artificial. Gracias a su rica experiencia en comunicaciones sobre blockchains, comparte con frecuencia sus opiniones en diversas plataformas nacionales e internacionales.

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